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Los Mozartkugeln, el souvenir de Viena ideal para tus amigos y familiares

June 19, 2016

Vas a Viena y piensas en la tarta Sacher, tarta Sacher, tarta Sacher… ¡Pero hay muchos más dulces famosos en la ciudad! ¡Síiiiiiiiii! Y, de entre todos ellos, hoy quiero hablaros de los Mozartkugeln o, lo que es lo mismo, las bolas de Mozart. Sí, has leído bien. ¿No has visto la imagen que ilustra este artículo?

Se trata de un dulce de forma esférica, como una bola, sí. Y lo divertido y exquisito es su combinación de sabores, ya que está compuesto de diferentes capas. Su interior es de mazapán de pistacho, luego una capa de nougat, otra de mazapán y una última capa fina de chocolate negro. Mmmmmm…

Este dulce que data de 1890 en realidad tiene su origen en Salzburgo y, como ya habrás deducido, son un pequeño homenaje a Wolfgang Amadeus Mozart. Fue el maestro pastelero Paul Fürst quien creó estas bolas a las que inicialmente llamó Mozartbonbon o bombones de Mozart y con las que ganó el gran premio la feria de París en 1905.

Su elaboración es curiosa, ya que comienza con el mazapán de pistacho y el nougat. Entonces se pincha en un palito de madera para sumergir la bola en chocolate negro como su fuera un Chupa-Chups. Una vez el chocolate se ha enfriado, se retira el palito y se rellena el hueco con chocolate. ¡Deliciosoooooo!

Proceso de artesanal de fabricación de las bolas de Mozart en Fürst de Salzburgo

Hoy día hay Mozartkugeln por todas partes y son el típico souvenir que la gente compra en Viena y en Austria en general… y un must en Salzburgo.

Hay cajas gigantes con 100 unidades, otras de 25, cajitas metálicas muy bonitas con 18 unidades ¡y hasta venden bolas individuales! Por ejemplo, la mayoría de gente suele llevarse unas bolsas que contienen 9 bolas de Mozart y sale a unos 4-5€ (en función de la calidad y dónde las compres, evidentemente) y las pueden encontrar por cualquier lado: desde en las calles más céntricas de Viena hasta en el propio aeropuerto antes de embarcar de vuelta. Y claro, una vez en casa todos apreciarán un buen dulce que, además, trae consigo la propia anécdota del nombre Mozartkugeln… Bolas de Mozart, sí.