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El porqué del color negro de las góndolas venecianas

May 5, 2016

Venecia es una ciudad romántica de por sí. Los canales, esa luz especial de sus atardeceres al reflejarse los últimos rayos de sol en el agua, el arte que envuelve toda la ciudad, su gastronomía… y las góndolas. Quién no se ha imaginado una declaración de amor subida a una góndola al son del “‘O sole mio” de un atractivo gondolero… Vale, sí, quizás he visto demasiadas películas, pero no son pocas las parejas que eligen este destino para hacer una escapada romántica, jurarse amor eterno y, por qué no, si el bolsillo lo permite, darse un paseo en góndola… Porque, amigo viajero, tienes que saber que un paseo en una de las 400 góndolas que pueblan a día de hoy los canales venecianos puede salirte a más de 30 € por persona la media hora. Y eso si el paseo es silencioso, porque si pides al gondolero que te cante al tiempo que va remando, el precio va subiendo: hasta 10€ más por persona por una serenata a capella en vivo y en directo. Y pensar que siglos atrás las góndolas no eran más que un simple medio de transporte para cruzar de un lado al otro del canal… poco se atisbarían los gondoleros de aquél entonces que tal embarcación alcanzaría la popularidad actual, y mucho menos que estarían dotadas de este halo de romanticismo.

¿Pero alguna vez te has preguntado el porqué del color negro de las góndolas? Será símbolo de elegancia, de austeridad… Lo cierto es que yo sí me hice esta pregunta en mi última visita a Venecia, y las respuestas que recibí fueron variopintas. Aquí te dejo con dos de las teorías más recurrentes, y que más me gustaron.

En señal de duelo

Según apunta una de las teorías con más arraigo entre los venecianos, se decidió pintar todas las góndolas de color negro en señal de duelo por la epidemia de peste que azotó la ciudad en 1562. Pero también los hay que dicen que se pintaron negras justamente porque en tiempos de la peste se utilizaban como embarcación funeraria para transportar a los ya fallecidos. Y así, algo que surgió como elemento distintivo perduró a lo largo del tiempo hasta nuestros días.

También hay quien contradice la teoría anterior y afirma que las góndolas son negras en señal de duelo por la rendición de Venecia ante las tropas napoleónicas. Las interpretaciones son libres, así que quédate con la que te convenza más.

Negro: el color de la elegancia

Si atendemos estrictamente a lo recogido en los libros de historia sabremos que las góndolas eran el medio de transporte usado entre las clases pudientes de Venecia. Como ya te imaginarás, las familias más adineradas de Venecia querían demostrar a sus vecinos su acomodada situación económica y una de las maneras de demostrarlo era a través de la ornamentación de sus góndolas. Si bien muchos, muchos años atrás el tráfico de góndolas por los canales de Venecia era intenso y multicolor, una manera que tenían los más adinerados de destacar entre tanto vaivén gondolero era, precisamente, pintando sus góndolas de negro. Tal fue la devoción de algunas de las familias venecianas de más renombre por ornamentar sus góndolas que se acabó convirtiendo en una suerte de concurso en el que ganaba la góndola más elegante y más ricamente ornamentada. Finalmente, para poner fin a tanta rivalidad y terminar con un clasismo creciente, en 1633 se aprobó un decreto que imponía el color negro para todas las góndolas de Venecia. Y así se dice que fue como se instauró el color negro característico de las góndolas venecianas.

Lo más probable es que si vas a Venecia y le preguntas a un lugareño te cuente una tercera teoría, o hasta una cuarta. Pero creo que precisamente en este origen incierto del porqué del color negro de las góndolas venecianas radica parte de la magia de esta embarcación centenaria.

Si quieres descubrir dónde se encuentran las paradas de las góndolas, posibles recorridos y mucho más, no te puedes perder el artículo que publicamos hace algún tiempo: “En góndola por Venecia, una experiencia tan romántica como inolvidable”.

Y para que te vayas ambientando un poco… te dejo con un paseíto en góndola por los canales de Venecia al ritmo de un “O sole mio” de la potente voz de un auténtico gondolero.