
Singapur es una de esas ciudades que no deja de sorprenderte con sus nuevas y alucinantes construcciones. Tanto es así que cada vez hay más turistas que van hasta allí a visitar edificios y centros comerciales como en otras ciudades lo hacemos con catedrales y monumentos. Alucinante, sí.
Pronto os hablaré del Marina Bay Sands y de todas las maravillas que esconde, como su parque y su piscina de la planta 57. Hoy, para ir haciendo boca, solo os hablaré de un puente inaugurado hace poco menos de dos años: en 24 de abril de 2010. Me refiero al Helix Bridge, que une con sus maravillosas curvas Marina Bay con Marina Centre. De hecho, es el primer puente curvo del mundo. Eso aseguran los singapurenses.
El Helix Bridge son 280 metros disfrutables solo para los peatones con una alucinante estructura de doble hélice, diseñado por los arquitectos australianos de Cox Group y los ingenieros de Arup, junto a los arquitectos locales de Architects 61. Para más inri, en una ciudad como esta, donde la estética nunca es suficiente, detrás de sus formas hipnotizadoras también hallamos una justificación de lo más coherente. El puente se basa en el yin y el yang y su mezcla y entremezcla constante que, para rizar el rizo, es portador de salud, felicidad y prosperidad a Marina Bay -ya iría bien algo de eso para occidente, ¿verdad?-.

De todas formas, mi primera impresión fue la de un puente ligero, moderno y dinámico que me recordaba más a la estructura del ADN que al yin y al yang. ¿Qué os parece?
Sea como fuere, la verdad es que luce. Y mucho. Además, de noche es aún más alucinante. Y si lo fotografías con el novísimo Mariba Bay Sands de fondo, absolutamente genial. Una postal.