
Oia es un pequeño y pintoresco pueblecito al norte de Fira, la capital de Santorini, que presume de tener las mejores puestas de sol de la isla, y hasta del mundo entero. Yo no seré tan rotunda porque bien sé que el mundo esconde rincones con mucho encanto desde los que presenciar una buena puesta de sol, y más si estás con la persona adecuada. Pero hay que decir que los atardeceres en Oia tienen una luz especial y están bien arriba en mi lista de lugares preferidos desde los que disfrutar de una bonita puesta de sol.
Y no debo de ser la única que se quedó encandilada con la puesta de sol de Oia, puesto que año tras año son muchos los turistas que se acercan hasta esta pequeña población pesquera para sentarse en lo alto de las ruinas del castillo de San Nicolás, un castillo construido en el siglo XIII para defenderse de los ataques piratas. Ahí, a 150 metros de altura sobre el nivel del mar, esperan pacientemente a que el astro rey se esconda tras un mar de intensísimo azul y de paso a la luz crepuscular que precede la noche.
235 peldaños son los que separan el castillo del puerto de Ammoudi. Una escalera que se abre camino entre las casitas de paredes encaladas y que, minutos antes de la puesta de sol, se llena de turistas con trípode que esperan captar la mejor instantánea de este paisaje de belleza sin igual. También los hay que se apoyan a lo largo del muro que bordea la escalera. Un muro de piedra volcánica que nos da una pista sobre cómo se construyó este pueblecito. Los pescadores excavaron sus casas en la roca de las montañas para protegerse de los invasores y de las altas temperaturas estivales y de la humedad y el frío invernales.
Está claro que Oia tiene un atractivo indiscutible. Situada al norte de la caldera del volcán de Santorini (Nea Kameni), flanqueada por impresionantes acantilados, con sus características casas de planta cuadrangular y muros encalados, y con las cúpulas de color azul turquesa a juego con el azul del mar y del cielo, Oia nos ofrece la típica imagen de postal de Santorini. Una imagen que le ha valido importantes premios de arquitectura y que, como podrás imaginar, no es nada fácil conservar cuando cada día pasan por sus calles tantos turistas. Por eso es frecuente que te encuentres con señales que incitan al civismo y prohíben algo tan básico como dibujar en las paredes o andar por los tejados de las casas cual Spiderman. Sí, ya sé que parece algo muy básico, incluso absurdo, ya que no se nos ocurriría hacer nada de esto en nuestras ciudades, pero cuando se suceden día tras día las aglomeraciones, no está de más avisar y así, de paso, ayudar a la conservación de la arquitectura tradicional de este pueblo costero.
En Oia serás testigo no solo de una de las mejores puestas de sol del planeta, sino que disfrutarás de la Grecia más tradicional paseando por las calles empedradas del centro histórico, repletas de galerías de arte y tiendas de productos artesanales y podrás degustar su selecto vino y una gran variedad gastronómica. Oia posee una belleza natural que hipnotiza a todo aquél que la visita. Déjate hipnotizar por su encanto y ve con tiempo para darte un refrescante chapuzón en una de las playas más bonitas de la isla.