
Si Roma es la Ciudad Eterna, es normal que toda ella evoque ese aire de misterio y misticismo que tanto nos engancha. Pero si quieres sentir ese aire mágico con más intensidad, sólo debes acercarte al Parque de la Piazza Vittorino. Ahí, a pocos metros de Santa Maria Maggiore, casi oculta, te encontrarás con la curiosa Puerta Alquímica.
Adosada a un muro, llena de inscripciones y con dos imponentes estatuas custodiándola, fue ubicada en la plaza tras haberse derribado en el siglo XIX el laboratorio del intelectual Massimiliano Palombara. Lo curioso de la puerta viene de lejos, porque más allá de lo interesante que puede resultar el quedarse observándola durante un rato, esas inscripciones que la decoran, según cuenta la leyenda, esconden mucho más.
Esos símbolos que se asemejan más a un galimatías imposible que no a una fórmula matemática, son las indicaciones para transformar la materia en oro. Instrucciones que Massimiliano Palombara cinceló en cinco puertas (de las que a día de hoy solo se conserva ésta), después de que Palombara se encontrara con un alquimista que, el día siguiente de ser invitado al laboratorio del marqués, desapareció dejando tras él una servilleta con la fórmula y un rastro de copos de oro.
La ingeniosa idea de Massimiliano fue la de llamar la atención de aquél individuo que lograra descifrar esos símbolos, pero con el paso de los años, todavía sigue siendo un absoluto misterio el significado de éstos. Además, a la leyenda se le suma la profecía de que la persona que logre descifrar la puerta, podrá cruzar el umbral a otro mundo.