
Tal como aseguro en el título de este post, Pisa es mucho más que la Torre Inclinada. Evidentemente la inmensa mayoría de turistas que llegan hasta esta ciudad toscana, visitan el Campo dei Miracoli, donde además de la torre más famosa del mundo encuentran el Duomo, el Baptisterio y el Camposanto, entre otras cosas. Y, lo cierto es que aunque estas visitas ya son más que suficientes para apabullar a cualquiera, Pisa nos ofrece mucho más, como por ejemplo la iglesia de Santa Maria della Spina, una bellísima obra gótica junto al río Arno.

Aunque fue construida en el 1230, la propia proximidad al río siempre ha afectado su estructura, por lo que hoy la vemos tal como quedó tras la gran restauración a la que fue sometida en el siglo XVIII. Además de disfrutar con las estatuas de santos y apóstoles de su fachada, has de saber un pequeño secreto que casi todos los turistas que vienen a a Pisa desconocen.
Y es que desde alrededor del 1330, esta pequeña iglesia albergó una de las espinas de la corona que llevaba Cristo en el momento de su crucifixión. Y, como ahora ya habrás podido suponer, de aquí procede también su denominación de Santa Maria della Spina, ya que antes se había llamado Santa Maria de Pontenovo. ¿Por qué? Por un puente que existió aquí que unía las calles de Santa Maria y Sant’Antonio, destruido en el siglo XV. Curioso, ¿verdad? Aunque hoy la reliquia ya no esté aquí, te aseguro que la visita a esta bella iglesia bien vale la pena.
Cuando estuve de ruta por la Toscana el año pasado, cobraban para entrar y, aunque lo hice, te diré que en comparación con la riqueza de sus diferentes fachadas, el interior es más bien pobre. Aquí os dejo una bonita propuesta de itinerario para llegar hasta Santa Maria della Spina desde la Torre Inclinada. La visita a la iglesia será especialmente agradecida si aprovechas la última hora de la tarde, cuando el sol pinta su fachada de color oro. Y para volver hacia el Campo dei Miracoli, asegúrate pasar por Borgo Streto -donde además de comprarte algo podrás encontrar buenos restaurantes- y por la Piazza dei Cavalieri -un lugar hiper interesante-. Aquí, el itinerario de vuelta.
¿Y tú? ¿Conoces algún otro rincón en Pisa?