
Hoy me siento parisina. Es un día en el que Spotify ha visto bien recordarme que tengo una maravillosa lista de canciones con las que visitar París y sentirme partícipe de un musical lleno de grandes clásicos. He pateado las calles de la ciudad de la luz a ritmo de Édith Piaf, Zaz, Renan Lauce y un sinfín de artistas que han dotado a estas maravillosas calles de su propia banda sonora en la gran mayoría de mis recuerdos. ¿Pero sabes qué, viajero? No me sirve el solo ponerle banda sonora a las calles y callejones, porque si hay un personaje principal en París que la gran mayoría de veces queda relegado a un segundo y tercer plano, ese es el río Sena.
¡Ay el Sena! Fue aquí, o más concretamente en la Île de la Cité, dónde los primeros pobladores de París se asentaron, dónde empezó todo y desde dónde puedes observar cómo de bien le han sentado los años a la ciudad de los enamorados paseando por las orillas del río: a la derecha la Torre Eiffel, por allí Notre-Dame, adelanta un poquito más y te encontrarás con el Louvre… pero, ¿y si en vez de pasear navegamos por el Sena? 🙂
¡Una experiencia más que recomendada, viajero! Subirme a uno de los cruceros por el Sena mereció cada uno de los 15 euros que me costó el billete. Es una experiencia diferente para visitar la ciudad francesa. Con los cascos puestos y la lista de reproducción en marcha fue como si París al completo se inundara de más magia de la que ya de normal la ciudad tiene 😉 Y si queréis, podéis ponerle la guinda a la experiencia, ¡con una romántica cena gourmet!