Puro contraste. Así es. Como un claroscuro de Caravaggio. O como un enfrentamiento de superhéroes, de esos que están tan de moda 😛
Sin duda, el contraste de un edificio abandonado y en ruinas con los rascacielos de Nueva York detrás nos dejan una estampa maravillosa en nuestro álbum de fotos.
Y no estamos hablando de algo de hace muchos años, ¡qué va! Es de ahora. Y es que en la pequeña Roosevelt Island puedes encontrar las ruinas de lo que fuera un Hospital de la Viruela. Yes, me refiero a esa enfermedad tan contagiosa como letal que hizo estragos en la Humanidad y que, afortunadamente, ha sido erradicada. O, al menos, eso asegura la OMS.
El hospital también fue conocido como el Hospital Renwick de la Viruela, ya que el edificio de 100 camas fue originalmente diseñado por el arquitecto James Renwick Jr (más conocido por la St. Patricks’s Cathedral de la Madison Avenue) y fue abierto en 1856, cuando la isla aún era llamada Blackwell’s Island. En aquel entonces, solo se accedía en ferry a esta isla, por lo que se mantenía a los enfermos alejados del resto de la población de forma fácil y efectiva.
De 1856 a 1875 atendió a unos 7.000 pacientes por año y ya en 1875 el hospital se convirtió en una escuela y residencia de enfermería, ya que el Hospital de la Viruela pasó a otra isla, a la North Brothers Island. ¿Por? Básicamente, porque Roosevelt Island (por entonces Blackwell’s Island) ya estaba muy, pero que muy poblada.
Un siglo más tarde de su apertura, en los años 50 del siglo pasado, el hospital quedó en desuso y el edificio quedó abandonado. Ya en 1972 fue designado como un lugar histórico de la ciudad de Nueva York. De hecho, son las únicas ruinas como ese “estatus”. Pero se reabrirá. No como hospital. Y menos para la viruela, poco trabajo tendrían allí hoy 😛 Pero lo cierto es que hay un proyecto de restauración en marcha para devolverle su esplendor. ¿Será visitable? Me temo que sí. El tiempo dirá.
Llegar hasta aquí es muy sencillo, puedes ir en metro (parada F) o con el famoso teleférico del que ya hablamos hace un tiempo, ¿lo recuerdas?
¿Qué? ¿Te atreverás a visitarlo? De momento, mi recomendación es acercarte hasta aquí para sacar alguna que otra fotografía. Lo dicho: quedará genial en tu álbum de NY 🙂