Si este marzo estás pensando en pasearte por las calles neoyorkinas, recuerda que este viernes 17 de marzo eres propenso a recibir pellizcos ajenos si no llevas algo verde encima. ¡Se avecina St. Patrick’s! Puede ser que en Nueva York no te sea tan sencillo encontrar un leprechaun al que seguir hasta dar con su caldero repleto de oro como podría sucederte en Irlanda, pero nadie dice que la festividad no sea igual de entretenida y multitudinaria al otro lado del charco.
Es interesante la de leyendas que corren al por qué de la celebración tan masiva del día del patrón irlandés en Nueva York, pero todo cobra sentido si partimos de la base de que gran parte de la población americana se basa en emigración masiva y que mucha de ella procede de la emigración irlandesa que sucedió a mediados del siglo diecinueve debido a la que en su día se proclamó como la Gran Hambruna Irlandesa.
No vamos a culpar al Hambre de la Patata de la gran festividad, sino más bien a aquellos inmigrantes irlandeses que extrañaban la tierra que habían dejado al otro lado del océano Atlántico. Y más que culpar, agradecer, porque la celebración de St. Patrick’s es hoy en día uno de los reclamos turísticos neoyorkinos más esperados de la temporada, y no solo por los turistas, también por aquellos residentes que pese a no tener ascendencia irlandesa no dudan a la hora de ponerse sus mejores galas verdes y alzar una cerveza para brindar al son de música celta. ¡El aire irlandés flota por todas las calles de la ciudad!
Así que, como recomendación, pese a informarte que el precio de las cervezas sube mucho por estas fechas, sumérgete en una tradición que se ha hecho propia de las calles de Nueva York. No te pierdas el famoso desfile, con bandas de música, gaiteros y un recorrido que empieza en 44th Street subiendo por toda la 5th Avenue hasta la American Irish Historical Society en East 80th Street. El desfile empieza a las once de la mañana y finaliza sobre las cinco de la tarde pasando por delante de St. Patrick’s Cathedral.
¡Súmate al verde! Quién sabe si encontrarás algún trébol de cuatro hojas cuando pases por Central Park o si a algún leprechaun le ha picado nuestra viajeritis y se ha acercado a pasar su festividad en el Estado de Nueva York. Tú, por si los tréboles, mantén los ojos bien abiertos.