
En una de las entradas principales a Central Park, la Merchants’ Gate o la puerta de los mercaderes, se alza el majestuoso Maine Memorial (también Maine Monument) o monumento conmemorativo al Maine, obra de 1913 del escultor Attilio Picarelli.

Se trata de un gran pedestal de más de 13 metros de alto coronado con una escultura dorada de bronce de Columbia triunfante en un carro de conchas tirado por tres caballitos de mar, en representación del dominio estadounidense sobre los mares. Si no lo sabes, la nomenclatura Columbia es una derivación del nombre del descubridor Cristóbal Colón, Columbus en inglés, que representa en una personificación femenina a las colonias europeas del Nuevo Mundo, es decir, a los Estados Unidos. En la base de la estructura, en cambio, verás figuras mitológicas de la victoria, la paz, el coraje, la fortaleza y la justicia.
Este imponente monumento está dedicado a los 266 soldados estadounidenses que fallecieron en el hundimiento del Maine en 1898, lo que originó la guerra de entre Estados Unidos y España llamada la Spanish-American War en inglés y la Guerra Hispano-Estadounidense en español, aunque también es conocida como el Desastre del 98 o la Guerra de Cuba.
¿Y el conflicto que mencionaba en el título del post? ¿Cuál es? Ahora te cuento:
El hecho es que el acorazado USS Maine estaba en La Habana cuando una repentina explosión nocturna provocó su rápido hundimiento. Y, como podrás imaginar, aún hoy se barajan teorías para todos los gustos.
- Por un lado, se dice que marinos españoles (o bien cubanos pro-españoles) se acercaron al barco de noche y colocaron una mina en la proa del barco.
- Por otro, se dice que fueron los propios Estados Unidos quienes necesitaban una excusa para comenzar la guerra y provocaron la detonación.
- Y, para acabar, la tercera opción, actualmente la más difundida, explica que fue una explosión fortuita de polvo de carbón de la carbonera del interior del acorazado.
Sea como fuere, este hecho fue el germen de una guerra por la que Cuba se independizó y, además, España cedió otras de sus colonias a los Estados Unidos, como Puerto Rico y Filipinas, por ejemplo. ¡Qué malas son las guerras, ¿no?!
Pero independientemente de las colonias, del poder y del dominio de los mares, lo cierto es que el monumento rinde sincero homenaje a las víctimas del hundimiento del Maine con esta majestuosa estructura.