
Al pensar en Mykonos es probable que lo primero que se te venga a la cabeza sea una noche de fiesta hasta altas horas de la madrugada. Y no estás del todo equivocado. Mykonos es conocida por ser la gran competidora de Ibiza como destino de fiesta non stop. Pero Mykonos tiene mucho más que ofrecerte. Incluso puede ser un destino para los más románticos, a pesar de que muchas de sus playas estén abarrotadas. Y repito, muchas de ellas lo están. Pero también cuenta con muchos lugares tranquilos, de una belleza abrumadora y unas vistas espectaculares. Ingredientes que no pueden faltar en una velada romántica de una noche de verano. Te invitamos a que descubras con nosotros los enclaves más románticos de esta pequeña isla en el mar Egeo.
Little Venice
En la capital de Mykonos, Chora (u Hora), encontramos uno de los barrios más pintorescos (y también más románticos) de la isla. Little Venice, o Pequeña Venecia, es un barrio construido junto al mar, en el que destacan sus viejas casitas de colores de dos o tres pisos y balcones de madera con vistas al mar. Como podrás observar, las casas se construyeron sobre el mar. De ahí que nos recuerde a Venecia. Estas casas del siglo XVIII están dotadas de sótanos en los que antaño guardaban su botín los piratas, así como de unas puertecitas que conducían directamente al mar. A día de hoy, la mayoría de estas casas no están habitadas, sino que albergan bares y restaurantes. La Pequeña Venecia es un remanso de paz y tranquilidad para pasear en pareja o con la familia al completo, y nos sorprenderá por su particular arquitectura, tan distinta del resto de la isla.
Barrio de Kastro
Muy cercano al puerto de Chora se encuentra el barrio de Kastro, dominado por su famoso castillo veneciano. Esta es una de las zonas más bonitas de Mykonos. En tu paseo por este barrio de encaladas casitas de color blanco cabe destacar la presencia de la iglesia Panagia Paraportiani, que es conocida por su peculiar estructura edilicia, que la distingue de cualquier otra. Su silueta completamente blanca recortándose sobre el azul del cielo y del mar es de una belleza y una plasticidad que impresionan a cualquiera. Desde la iglesia podrás vislumbrar los molinos que tanto caracterizan a Mykonos, y que son otro de los símbolos de la ciudad (y de la isla). Esta imagen de los molinos con el mar y el castillo al fondo es una de las más fotografiadas de la ciudad. Así que encuadra bien tu cámara, y llévate de recuerdo una imagen de postal.
Playa de Agios Sostis
¿Qué sería de una isla sin sus playas? La playa de Agios Sostis es una de las más tranquilas de Mykonos, dado que se encuentra un poco apartada de las playas más concurridas, situadas al sur de la isla. Con una extensión de 250 metros de arena fina, esta playa te acogerá en sus aguas cristalinas y te invitará a pasar una tranquila jornada de playa rodeado de naturaleza, en un paraje aún virgen. Es muy agradable dar paseos por la orilla y desconectar del bullicio que se respira en otras partes de la isla. Disfruta de un día de playa en pareja o en familia y termina el día en Kiki’s Tavern (una taberna que encontrarás al salir de la playa, de camino al párking). Queda un poco escondida, pero vale la pena. No encontrarás mejor lugar para saciar tu apetito con un delicioso pescado a la parrilla, sentado en su agradable terraza a la sombra de una parra y con vistas al mar. Ni en las mejores películas puede recrearse un lugar con tanto encanto y belleza natural.
Mykonos puede ser tu sueño de una noche de verano. Déjate envolver por su magia, su belleza, sus idílicas playas y ese carácter cálido y alegre de sus habitantes. Te aseguro un regreso a casa con las pilas bien cargaditas y, quizás, con una concepción muy distinta de la isla de Mykonos. Una isla versátil, con dos vertientes bien diferenciadas: la de la fiesta en los múltiples clubs y discotecas (concentrados sobre todo por el sur) y la de la paz y tranquilidad de su encantadora capital y sus paradisíacas playas.