
Disfrutar de las ciudades no solo es visitar monumentos, edificios y museos.
También es observar a su gente, conocer sus calles y probar sus productos típicos, entre otras cosas. Por eso, siempre nos encanta recomendar ¡¡un paseo por los mercados locales!! Allí se ve el verdadero ir y venir de las personas, qué se ofrece y a qué precios, cómo se relacionan, etc.
Y cuando, además, hablamos de lugares como Mónaco, acercarse hasta el popular Marché de la Condamine es toda una experiencia que, sin ninguna duda, nos hace la ciudad más fácil y, en cierto modo, más vulnerable. Para que os hagáis una idea, si habláis francés, es posible que os descoloque el ver como bastante gente habla en un idioma diferente: el monegasco, evidentemente.
Situado en la Place d’Armes, cerca del Puerto Hércules y cerca del propio Palacio del Príncipe, el Marché de la Condamine está abierto todos los días desde las 6h de la mañana hasta las 14h, aunque muchos de sus puestos comienzan a cerrar pasadas las 13h. Entre sus diferentes puestecitos podrás encontrar desde lo más básico como carne, pescado y lácteos hasta ropa, flores, souvenirs y un montón de delicatesen exquisitas, como frutas, setas, embutidos, quesos, etc.
Si tenéis tiempo, acercaos a conocer las charcuterías que ofrecen productos de diferentes regiones de Francia –especialmente de la Provenza- y, por supuesto, de Mónaco. ¡Todo delicioso, de veras! Si estás por la ciudad entre marzo y julio, busca unas fresas de Nîmes. Son un poquito más alargadas que las comunes y son absolutamente deliciosas y muy pero que muy perfumadas. Y, si el bolsillo os lo permite, pedíos una botella de champagne bien frío en la habitación y probad la combinación. Mmm…
Por último, si viajas con niños, te alegrará saber que el Marché de la Condamine dispone de un pequeño parque infantil, ideal para que se diviertan mientras eliges qué comprar.
¿Y tú? ¿Conoces algún otro rincón apasionante en Mónaco?