
¡Hola viajero!
Hoy vengo a hablarte de la peculiar estatua ubicada en el Parque del Retiro en Madrid, se dice que es de las pocas estatuas dedicadas a Lucifer que hay en el mundo, pero su dato más curioso es que está ubicada exactamente a 666 metros sobre el nivel del mar. Dato más que relevante y quizá siniestro que acompaña la historia de la famosa escultura del madrileño Ricardo Bellver, que recibió por ella el primer premio de la exposición de bellas artes en 1877.
La estatua refleja el momento exacto de la expulsión de Lucifer del Cielo, la imagen demuestra como el ángel desciende y observa en su caída lo que va a dejar atrás, siendo absorbido por la oscuridad del mundo de los vivos y también de los muertos, monstruos e incluso criaturas que lo esperan e incluso atenazan y arrastran hacia el descenso como nuevo rey del Infierno. Pese a la controversia que la elección del tema tuvo en su día, los ciudadanos madrileños se tomaron el resultado final como la advertencia e incluso enseñanza de no caer demasiado en el orgullo porque corrían el peligro de pasar por lo que le ocurrió al mismísimo Lucifer.
Otra peculiaridad de la fuente dónde se yergue la estatua, es la similitud que tiene con un faro, y no por casualidad. Ricardo Bellver relacionó el nombre de Lucifer, con el significado de las luces que guían a los barcos a puerto, porque en su día, antes de la expulsión del ángel caído, Lucifer era luz y guía, que recibió su castigo al ser dicha luz apagada.
Pero si paseas por Madrid, y aunque no haciendo referencia a Lucifer, también te encontrarás un segundo ángel por sus calles o, mejor dicho, en una de sus azoteas. Apodado como “El otro Ángel Caído de Madrid”, esta escultura de Miguel Ángel Ruiz Beato se encuentra a la altura del cruce de la calle Mayor con la calle de los Milaneses, y fue un encargo que los mismos dueños de la finca mandaron a construir. Su título real es Accidente Aéreo y se trata de una estatua en bronce de un ser angélico, que perdió el norte, el rumbo y que acabó con la cabeza de lleno en una de las azoteas de Madrid.
¿Has visto alguna de las dos esculturas, viajero? Seguro que ahora de estar paseando por Madrid intentarás buscar a este par de personajes con alas 😉