
¡Hola viajero!
Muchos nos han comentado en los últimos meses que desconocían que existiera la alternativa de poder visitar Stonehenge en una de sus escapadas a Londres y que el post en el que lo comentamos ha servido para que se planteen pasar un día en uno de los rincones más llenos de magia de todo Reino Unido. Por eso mismo, aprovechando que muchos están pensando el visitar el monumento megalítico, vamos a intentar indagar un poco más en algunos datos curiosos que se esconden detrás de esta construcción.
Stonehenge está formado por 100 piedras de rocas metamórficas de diferentes tamaños organizadas en 4 circunferencias concéntricas. Las piedras del círculo exterior pesan la friolera de 25 toneladas y las del interior 4 toneladas cada una. Se comenta que el posible origen de éstas grandes piedras puede ser las montañas Prescelly y que se debió necesitar la fuerza de más de 400 hombres para poder transportarlas hasta su emplazamiento actual. Hay que tener en cuenta que, originalmente, todas las piedras también estaban coronadas por esos dinteles de los que actualmente, y por desgracia, solo podemos ver siete.
Aquí os dejo una imagen muy interesante que encontré en un artículo de National Geographic mientras me informaba sobre las grandes piedras, su traslado y posterior elevación:

El monumento, así como otras construcciones prehistóricas, sigue la conocida proporción aurea y, con la creencia extendida de que es una construcción astronómica por la peculiaridad de que la alineación de las piedras marca la salida y la puesta de sol durante los solsticios, equinoccios e incluso los eclipses, se ha convertido en un lugar de peregrinación para muchas culturas, sobre todo para celebrar la llegada del solsticio de verano.
Se dice que fue un lugar ceremonial para los antiguos druidas y que, la sensación de misterio y magia es tal que, durante el s. XVIII raspaban las piedras con la creencia de que el polvo extraído tenía un poder sanatorio.
¿Tú también piensas eso, viajero? Si te animas a acercarte a Stonehenge, no dudes en hacernos saber qué es lo que has sentido al poner los pies en uno de los monumentos con más incógnitas de Reino Unido.