
A estas alturas de la película ya sabrás lo mucho que nos gusta descubrirte esos rinconcitos llenos de encanto que nos esperan en cada una de las ciudades que recorremos. También te habrás dado cuenta que nos encanta llevarte a los sitios más emblemáticos. Y seguro que tampoco se te escapa que somos unos grandes fans del ‘coffee break’ y del ‘afternoon tea’. Y del ‘tarta break’, o lo que es lo mismo, sentarnos en un acogedor café a saborear el dulce más típico del sitio en el que estamos, mientras reponemos fuerzas después de un día agotador. Si es que ya lo decía mi padre, ¡que la vida del turista es muy dura! 🙂
Y bien, ¿qué pasa cuando un solo lugar reúne todas esas características? Pues que se convierte directamente en uno de nuestros imprescindibles. Y hoy te quiero presentar un imprescindible de la escena cultural y gastronómica lisboeta, el café ‘A Brasileira’. Así que si en tu viaje a Lisboa se te antoja un café, no dudes en dirigirte al bohemio barrio de Chiado y acercarte al A Brasileira, en el número 120 de la rúa Garrett. El café A Brasileira es uno de los más antiguos de Lisboa y es famoso por la escultura de bronce de Fernando Pessoa, un escritor portugués que frecuentó y popularizó las tertulias literarias en este establecimiento. Lo dicho, su entrada, flanqueada por la estatua del poeta portugués Pessoa sentado en su terraza, lo hace inconfundible.
Este entrañable café suele estar siempre lleno, tanto de nacionales como de turistas, que no pierden la oportunidad de fotografiarse junto a la estatua del famoso poeta. Además, la ubicación del café, en el popular barrio de Chiado (un punto estratégico de la ciudad, lleno de comercio y restaurantes), atrae hasta sus puertas a un buen número de curiosos. Pero el café no es famoso por su ubicación, sino por haber sido el punto de encuentro de los poetas y figuras literarias de la ciudad.
Inaugurado por el comerciante de café Adriano Telles el 19 de noviembre de 1905, su principal reclamo —el de entonces y el de ahora— era servir el más genuino café de Brasil, una bebida que por aquel entonces era más apreciada por el pueblo llano que por los aristócratas y los ricos, que preferían el té. Pero si hay algo por lo que este local es archiconocido en Lisboa es por tratarse del primer local lisboeta en servir la tradicional bica, una pequeña taza de café fuerte y espumoso, el equivalente luso del espresso italiano. Es más, cuando se inauguró este café, se regalaba una bica a todos los clientes que compraban café en grano, lo que hace pensar que fue precisamente en A Brasileira donde se inventó la bica. ¿No te recuerda este gesto altruista al de la famosa marca de café que publicita George Clooney? What else?
Y como ya te adelantaba, esta cafetería de estilo Art Déco ha sido famosa por ser el refugio de poetas y literatos durante décadas. Aquí se reunían grandes escritores portugueses como Fernando Pessoa o Almada Negreiros para llevar a cabo sus tertulias y debates literarios, y de ahí que se defina también como café literario. En homenaje a esa época dorada, se erigió la estatua de bronce del poeta luso Pessoa, que espera paciente su café en una mesita de la terraza.
Hoy en día quizá se haya perdido un poco ese aire bohemio y literario que adquirió en sus comienzos, pero de lo que no nos cabe ninguna duda es que aquí podrás degustar el mejor café de la ciudad, puesto que no han perdido ni un ápice de tradición en la elaboración artesana de su café. A Brasileira produce su propio café importando las semillas desde varios orígenes como Colombia, Brasil o Vietnam y lo tuesta con una técnica propia. El resultado: una bebida contundente, con carácter, muy adaptada al gusto clásico portugués.
Yo de ti entraría, me sentaría en una de esas mesas que te transportaran a la Belle Époque y me pediría una bica con un pastéis de nata. Sí, amigo, aquí también se comercializan los famosos pastéis de nata portugueses. Quizá no estén a la altura de los de Belém, pero desde luego serán un gran acompañamiento para tu café y te servirán para cargar las pilas y seguir recorriendo las empinadas calles de Lisboa.