
Si hay algo que caracteriza Budapest tanto como su Parlamento o su Castillo, son los puentes que cruzan el Danubio. Los puentes de la ciudad, a la vez puntos de interés y privilegiados miradores tendidos sobre el Danubio, son los lazos que han unido Buda y Pest desde mucho antes de que ambas quedaran unificadas políticamente en 1873. En total, son 9 los puentes que podrás encontrar a lo largo de los 29 km que baña el Danubio. Aun así, estos 4 que verás a continuación son, sin duda, los más visitados y los que destacan por encima del resto. ¡Anímate a cruzarlos! Hoy en día es totalmente gratuito (no como años atrás, cuando para cruzar de Buda a Pest y viceversa había que pagar un peaje) y podrás contemplar la ciudad a orillas del Danubio desde un enclave único, así que no escondas tu cámara de fotos o tu móvil y aprovecha para hacer muuuchas fotos.
1. Puente de las Cadenas
El Puente de las Cadenas es el más emblemático de Budapest, y para muchos también el más bonito. Ah, y también fue el primer puente de la ciudad, construido entre 1839 y 1849. Dicho lo cual, no es de extrañar que sea el más fotografiado.

De hecho, raro es encontrarlo libre de transeúntes, y es que son muchos los que no quieren perder la oportunidad de cruzar sus 380 metros a pie mientras son testigos de su historia y del avance que supuso su construcción, ya que fue el primer enlace entre Buda y Pest. ¡Y qué mejor que cruzar el puente mientras escuchas todo lo que te tenemos que contar en nuestra guía gratuita de Budapest! 🙂
2. Puente de Isabel
Este puente de un blanco resplandeciente ocupa un lugar preferente en el corazón de muchos budapestinos por ser el primero de nueva planta que se abrió después de la Segunda Guerra Mundial, en 1964. El original tenía una longitud de 290 metros y se convirtió en su momento en el puente colgante más largo del mundo. Su nombre se debe a la reina y emperatriz Isabel (la archiconocida emperatriz Sissí), gran benefactora del pueblo húngaro. Desde esta blanca y resplandeciente construcción se disfrutan unas magníficas vistas de la zona de la Colina del Castillo, así como de los demás puentes cercanos, razón de más para cruzarlo.
3. Puente de la Libertad
Este puente, cuyo nombre original fue “Puente de Francisco José”, fue construido con motivo de la exposición del Milenario en el año 1896, y fue inaugurado por el propio emperador Francisco José, quien dio el martillazo al último remache. No fue hasta su reconstrucción, al término de la Segunda Guerra Mundial, que se rebautizó con su nombre actual. Como verás, se trata de un puente voladizo de 334 metros de largo en el que cada uno de sus cuatro apoyos está coronado por una bola dorada sobre la que encontrarás unas figuras llamadas “Turul”. Los Turul son unas aves míticas húngaras que, según cuenta la leyenda, guiaron al rey Árpád durante su travesía por los Cárpatos hacia el Danubio. Según palabras del mismo arquitecto, en su diseño imperan estas tres reglas básicas: belleza, sencillez y economía. Si de día luce impecable con su característico color verde, tampoco tiene desperdicio la iluminación nocturna; simplemente espectacular.
4. Puente de Margarita
El segundo puente que se construyó en la ciudad fue el Puente de Margarita, que enlaza las dos orillas (Buda y Pest) con la Isla Margarita. Su particularidad reside en que sus dos tramos forman un ángulo de 165º con el Danubio para poder conectar con la Isla Margarita. Esto se debe a que, a pesar que el puente data de 1876, no fue hasta 1900 que se añadió la conexión con la isla.
Otra particularidad del puente es su longitud, nada más ni nada menos que 637 metros de largo y 25 de ancho. No en vano es el puente más largo de la ciudad. Además, no solo se puede cruzar andando, sino que también lo puedes hacer en tranvía (las líneas 4 y 6) o, desde que se remodelara en 2011, incluso en bicicleta.