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Casa Milà (o La Pedrera), Sagrada familia, Parque Güell, Casa Vicens… Barcelona es una mina que contiene muchísimas de las mejores obras de Gaudí. Sin embargo, hoy vamos a centrarnos solo en una: la Casa Batllo, una joya arquitectónica ubicada en pleno centro de la ciudad condal.
¿Dónde está?
Casa Batllo está situada en el número 43 del Passeig de Gràcia de Barcelona, en pleno corazón de la capital catalana. Más concretamente, está ubicada en la llamada “manzana de la discordia” llamada así popularmente por la diversidad de estilos de los distintos edificios que la componen.
De hecho, en esta manzana encontramos varias joyas de la arquitectura de la ciudad entre las que destacamos la Casa Amatller, la Casa Lleó Morera y, por supuesto, la Casa Batlló.
¿Cuándo se construyó?
Las obras se realizaron entre 1904 y 1907, cuando Josep Batlló i Casanovas, uno hombre de negocios de la burguesía catalana, encargó a Gaudí la renovación del edificio original que databa de 1875. Añadió la galería, balcones, el desván y dos pisos adicionales. Como curiosidad, debido a estas mejoras que realizó en el edificio, terminó saltándose algunos de los límites que marcaban las ordenanzas municipales en aquel entonces.
Características
Cuando se le preguntó a Gaudí qué quiso conseguir con la Casa Batlló, su respuesta fue: “Una visión del paraíso”.
Y es que solo hay que contemplarla unos pocos segundos para pensar que, si el paraíso existe, tiene que ser muy parecido a esta joya del arquitecto catalán.
Casa Batllo es una obra clásica del modernismo: su cerámica de colores formando mosaicos, su hierro forjado en los balcones, los elementos decorativos del interior y las vidrieras que buscan crear juegos de luces y colores que generan nuevos espacios hacen de esta casa un auténtico referente del modernismo arquitectónico.
Fachada

La fachada es una de las más sugestivas de la ciudad, considerada también como una de las más brillantes del mundo.
Es ondulada y está revestida de fragmentos de vidrio roto y cerámica de diferentes colores que le dan su conocido aspecto iridiscente, por lo que no solo conviene visitar el edificio de día, sino que te recomendamos aprovechar un paseo nocturno por el Passeig de Gracia o La Rambla Catalunya y acercarte a ver el edificio iluminado por la noche.
La distribución de los diferentes fragmentos fue dirigida personalmente por Gaudí, quien se situaba en la calle e iba dirigiendo a los operarios como si estuviera pintando un cuadro gigante.
Los balcones parecen trozos de cráneos con las aberturas de los ojos y la nariz. Para otros en cambio, son antifaces.

La parte baja del edificio fue sustituida por unas formas ondulantes talladas en piedra que integran los balcones en los que encontramos columnas con temas florales.
Para cubrir los depósitos de agua, Gaudí diseñó un tejado muy inclinado que parecen las escamas de un pez, recubierto de tejas de cerámica.
El tejado tiene una pequeña torre rematada por una cruz de cuatro brazos con formas vegetales, típica de Gaudí.
Para muchos barceloneses, es la espalda arqueada de un dragón donde se clava la cruz de Sant Jordi, patrón de Cataluña. Debemos recordar que el modernismo recupera muchas ideas medievales donde el dragón no se entiende únicamente como un monstruo, sino como representación de la fuerza, la pasión y la sabiduría.
Interior

En el interior, el piso principal tenía que ser la vivienda del señor Batlló y su familia, y las otras plantas se dividirían en dos dúplex para alquilar.
Todos los espacios fueron reorganizados para obtener mejor ventilación y una iluminación más natural.
Por ejemplo, el patio interior está recubierto de cerámica progresivamente más clara a medida que se desciende para conseguir una iluminación natural lo más uniforme posible. Y, además, se incluyeron numerosos elementos decorativos que aún hoy siguen sorprendiendo a los visitantes.
En el salón del piso noble se hallaban varias obras de arte y si alzamos la vista, el techo de este salón se decoró con un cielo raso de mucho relieve con forma de espiral.
Para el comedor Gaudí diseñó varias piezas del mobiliario como la mesa, las sillas y un banco, que actualmente se pueden ver en la casa-museo del Parc Güell.
La escalera que lleva al piso principal donde vivía la familia del mecenas está realizada con madera de roble y bajo la barandilla podemos ver unas piezas en forma vértebras que ascienden con los escalones, como si fueran zócalos. Los pomos de las puertas, las vidrieras, las sillas, una chimenea integrada en el interior de la pared con revestimiento de cerámica… todos los detalles modernistas del interior están minuciosamente trabajados y sus curvas sinuosas se ordenan de forma que podemos llegar a sentirnos dentro de un sueño.
Y es que es muy difícil encontrar una línea recta en el interior. Tanto que se cuenta la anécdota que la señora Batlló estaba preocupada porque según el nuevo diseño no quedaba espacio para colocar el piano de cola de su hija. A lo que Gaudí le aconsejó olvidarse del piano y comprar un violín.
Horario y tickets
La Casa Batlló abre todos los días desde las 09:00 hasta las 21:00 horas. El último pase comienza a las 20:00 horas.
Para comprar vuestras entradas para La Casa Batlló podéis hacerlo desde el siguiente enlace, con el que, además, nos ayudaréis a poder seguir ofreciéndoos contenido de calidad.
Podréis conseguir entradas de distintos tipos:
- Entrada Blue: Visita + smartguide de realidad aumentada. 25 €.
- Entrada Silver: Visita + visita a un salón modernista de la casa + smartguide. 33€.
- Entrada Gold: Acceso Vip sin colas, Visita + Visita exclusiva a salones + fotos vestidos con prendas y complementos de principios del siglo XX + smartguide. 35 €.
En Sant Jordi
Sant Jordi, el 23 de abril, es una de las festividades más importantes en Barcelona y la ciudad siempre se viste de gala para la ocasión con paraditas de ventas de rosas, de libros…
Es una gozada pasear por la ciudad y ver cómo la literatura, la cultura y el color rojo y la fragancia de miles de rosas inundan la ciudad.
Es por eso por lo que la Casa Batllo no quiere ser menos y cada año llena sus balcones de rosas regalándonos una de las vistas más bonitas de la ciudad en uno de los días más señalados del año para la ciudad catalana.

Si tenéis la oportunidad, no dejéis de visitar esta obra de Gaudí en estas fechas o cualquier otro día del año. ¡No os arrepentiréis!