
Hoy me preguntaba qué costumbres típicas tendrían los griegos en estas fechas. ¿Y por qué? –te estarás preguntando. Pues bien, en realidad por desconocimiento. Porque siempre oímos hablar de los encantadores mercados navideños, tan típicos del centro y el norte de Europa. Y nos encanta imaginarnos una blanca Navidad patinando sobre hielo en el Bryant Park de Nueva York… Pero, ¿qué es de Grecia? Parece que solo nos acordemos de Grecia en verano, pero más allá de sus maravillosas playas y su exquisita gastronomía, Grecia es una tierra de arraigadas y milenarias tradiciones. Y, a pesar de que yo no sé mucho de sus costumbres en esta época del año, he pensado que era la ocasión perfecta para investigar un poco. Una cultura tan rica e interesante como la griega, seguro que me guardaba algún que otro secretillo. Y quién sabe si iba a encontrar su origen en la Antigua Grecia, la dominada por dioses y divinidades varias. Y te aseguro que me he quedado sorprendidísima con sus tradiciones y especialidades culinarias. Porque claro está que, en Navidad más que nunca, no hay mesa que se precie sin un suculento manjar. Y de eso, los griegos saben mucho. Vamos, que me han entrado ganas de coger un avión y plantarme a la de ya en Atenas, Mykonos o Santorini, y ya de paso recorrerlas nuestras guías PLAYandTOUR. 😉 Pero volvamos al tema que nos ocupa hoy.
En Grecia se celebra la Navidad a lo grande. Ahora bien, como ya te he adelantado, sus tradiciones se remontan a siglos atrás y distan un poco de las predominantes en el resto de Europa. Para empezar, en Grecia no verás árboles de Navidad. En su lugar, se realizan hermosas maquetas de madera en forma de velero, y ahí cuelgan las tradicionales bolitas que todos colgamos en nuestro árbol de Navidad.
Tampoco reciben regalos de Papá Noel o de los Reyes Magos, sino de San Basilio. Papá Noel es una tradición más propia de los países nórdicos. Esto no quiere decir que los niños no esperen con ilusión el día de Nochebuena. Todo lo contrario. El día 24 de diciembre los niños pasan por las casas al son de villancicos, poemas navideños y el tintineo de un triángulo metálico, un instrumento típico de las Navidades griegas. Me imagino que debe tocarse por costumbre en Navidad, como aquí la pandereta o la zambomba. Así pues, van pasando por las casas y, a cambio, reciben dulces típicos de Navidad. No está mal el aguinaldo, ¿eh? No obstante, el día más importante para los niños griegos llega con el Año Nuevo, día en el que reciben los regalos que San Basilio les ha dejado para ellos.
Y llegados a este punto ya podemos desvelar una de las tradiciones clave de las Navidades griegas: su gastronomía. Como en todos los países, en Grecia también hay recetas que se reservan exclusivamente para Navidad. Y hay un denominador común en todas ellas: su dulzor. No hay escapatoria. Durante las vacaciones navideñas, en Grecia a todas horas se comen dulces, tan ricos como empalagosos. Y dos de las recetas más queridas en todo el territorio griego son los melomakárona (galletitas dulces de almendras empapadas en almíbar de miel) y los kurabiédes (almendrados cubiertos de azúcar glas).

Y lo más interesante ha sido descubrir que la historia de estos dulces es muy antigua. De hecho, parece ser que ya se tomaban en la Antigüedad y en el mundo árabe y bizantino. Los kurabiédes tienen forma redonda o de media luna, se cuecen en el horno y luego se espolvorean con azúcar en polvo. Los melomakárona, en cambio, son almendrados redondos que, tras ser horneados, se rocían de almíbar; lo que les da ese sabor dulzón tan característico. Pero aquí no termina esta predilección por el dulce. El día 1 también acaba con un postre muy típico: la vassilopita, un tipo de pan que se elabora con cáscara de limón y mantequilla, con lo cual resulta cremoso y con un delicioso aroma cítrico. Y hablando de sabores dulces… Incluso el típico pavo relleno que se comen el día de Navidad, y que se presupone salado, tiene un sabor ligeramente más dulce al que se cocina en el resto de Europa, dado que su relleno se elabora con castañas, pasas y otros frutos secos y se acompaña de gajos de naranja bañados en miel y granada.