
Existe un viejo personaje en Holanda, casi más conocido que los propios Reyes, al que tanto niños como adultos respetan y tienen en gran estima. Es un hombre muy mayor, de tierna sonrisa y barba blanca y esponjosa cual algodón de azúcar. Su nombre es Sinterklaas, y hoy te quiero hablar de él porque en un día como hoy, 5 de diciembre, Sinterklaas es trending topic en su país de origen. O más bien en su país de acogida, porque según cuenta la leyenda, en realidad Sinterklaas vive en España. Aunque como nadie es profeta en su tierra, donde hoy esperan con ilusión sus regalos es en Holanda. ¿Quieres saber algo más acerca de este ilustre personaje y de su relación con la capital holandesa?
Aunque creas que este personaje de barba blanca es una invención moderna, lo cierto es que Sinterklaas y Ámsterdam están unidos desde el año 343. Ya te he dicho que era muy, muy mayor. Y, aunque la figura del Sinterklaas se parezca un poco a Papá Noël y a Santa Claus, Sinterklaas (San Nicolás) es una figura pública 100% holandesa y adorada tanto por niños como por adultos. ¡Y como es de esperar, su visita viene siempre cargada de regalos!
Fácilmente reconocible por su llamativa capa roja y su frondosa barba blanca, Sinterklaas llega a Ámsterdam a mitades de noviembre en un barco de vapor por el río Amstel. Y lo hace acompañado de sus pajes, llamados Pieten, y de su caballo blanco Amerigo. En cuanto desembarca, empieza la cabalgata por la ciudad, para poder saludar a todos los niños que se agolpan por las calles de Ámsterdam para recibirle. Niños y padres abarrotan las orillas del río para poder verle bien de cerca, y los Pieten animan la fiesta con su música, al tiempo que lanzan pepernoten (unas galletitas típicas de las Navidades holandesas).

Para que te hagas una idea de cuán importante es la llegada de Sinterklaas para los holandeses te voy a dar unas cifras esclarecedoras. El año pasado acompañaron a Sinterklaas en su larga travesía (piensa que San Nicolás vive en España), ni más ni menos, que 607 Pieten, los cuales repartieron la friolera de 4000 kg de pepernoten. Y todo esto ante la atenta mirada de 300.000 personas.
Por la noche es el momento de dejar el zapatito en el balcón o junto a la chimenea, algo que los niños holandeses saben muy bien. Pero, ¿por qué? Pues porque si te has portado bien San Nicolás cabalgará con su caballo y te dejará algún dulce en el zapato. Los típicos dulces de esta época son las galletas de jengibre, las galletas de especias, el mazapán y las letras de chocolate. Así que ya te puedes imaginar lo que se encuentran de buena mañana los peques en sus zapatitos.
Ahora bien, el día realmente importante es el 5 de diciembre. Ese día, los niños cantan villancicos a viva voz para llamar a San Nicolás, quien acudirá a su puerta y repartirá una bolsa llena de regalos a todos los niños que se hayan portado bien. Claro está que, después de la emocionante visita de San Nicolás, las Navidades en Ámsterdam dejan de centrarse en el intercambio de regalos y se vuelven mucho más familiares, o lo que es lo mismo, se focalizan más en la comida. Para que te hagas una idea, para los niños holandeses San Nicolás es tan querido como los Reyes Magos en España.